La experiencia de empleado: un asunto de comunicación interna

La Experiencia de Empleado (EX) se refiere al conjunto de percepciones, emociones e interacciones que una persona vive a lo largo de su ciclo en una organización, abarcando desde la selección hasta la salida. Esta perspectiva reconoce al empleado como un cliente esencial para la marca. Su importancia ha crecido porque influye directamente en el compromiso, la productividad y la atracción de talento, en un mercado laboral cada vez más competitivo.

La comunicación interna y la experiencia de empleado están profundamente vinculadas: ambas existen de manera natural, aunque no sean gestionadas activamente. Además, la calidad de la comunicación influye en la percepción, el compromiso y el rendimiento de los empleados, por lo que una gestión eficaz de estos elementos es fundamental para el éxito organizacional.

La Experiencia de Empleado, clave en la productividad

En un entorno donde el salario ya no es el principal motor de motivación, la experiencia del empleado se ha convertido en una ventaja competitiva clave. De hecho, estudios recientes, como el informe de Deloitte (2024) y el de IBM y Globo Force (2017), demuestran que una mejor experiencia de empleado se asocia a mejores resultados financieros. Evaluar cómo viven las personas cada etapa de su ciclo en la organización —desde la atracción hasta la desvinculación— es fundamental. En este sentido, contar con datos precisos y métricas adecuadas para medir la experiencia es esencial para una toma de decisiones estratégica en comunicación interna.

Indicadores para medir la experiencia de empleado

Existen distintos indicadores para evaluar la experiencia de empleado: desde las preguntas sobre compromiso y bienestar que plantea Harrington (2018), hasta modelos más amplios como el índice de Jacob Morgan, basado en cultura, tecnología y espacio físico[1]. También son interesantes los KPI de Qualtrics XM Institute (2020) que consideran cinco indicadores clave de rendimiento: compromiso, inclusión, bienestar, intención de permanencia y expectativas cumplidas.

Hoy casi todas las empresas u organizaciones, sin importar su tamaño, utilizan herramientas para recopilar información, como las encuestas de compromiso, o encuestas específicas —orientadas a candidatos, procesos de onboarding, o encuestas de satisfacción de los programas de capacitación y formación. También evaluaciones de desempeño, o evaluaciones 360º y hasta las encuestas de desvinculación. Lo importante de recopilar esta información es hacer algo con ella, utilizarlos como indicadores que permitan establecer prioridades de mejora, e inversión en el fortalecimiento del vínculo con los empleados.

En definitiva, medir la experiencia del empleado es medir la salud interna de la organización. ¿Qué tan bien estamos escuchando a nuestros equipos? ¿Qué hacemos con los datos conseguidos? ¿Existe voluntad en las empresas de invertir en mejorar la experiencia de empleado?

 

Nota: Artículo basado en el capítulo que se publicará en el Libro Blanco de Comunicación Interna de DIRCI

[1] Se puede hacer una evaluación de diagnóstico aquí: https://thefutureorganization.com/employee-experience-index/

Referencias:

Autora:

María Bensadón, Responsable de Comunicación Interna y Publicaciones en Organización de Estados Iberoamericanos -OEI-

Edición y coordinación:

Carolina Pérez Wodtke, Consultora de Comunicación Interna y Cultura. Directora de Simple Comms.

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