El efecto Pigmalión en comunicación interna
Emilien Delile, Director de Steeple España
Según la mitología griega, Pigmalión se enamoró de una de sus esculturas hasta el punto de tratarla como si fuera una mujer real. Esta historia de amor llegó a oídos de la diosa Afrodita quien, conmovida por el amor de Pigmalión, dotó a Galatea de vida, pues así se llamaba la estatua.
No fue el amor que Pigmalión sentía por Galatea lo que movió a Afrodita a obrar su magia. Fue la forma en la que Pigmalión la trataba, creyendo que era una persona real y volcando todas sus esperanzas en ella. Esto es lo que se denomina el Efecto Pigmalión, que en el ámbito laboral quiere decir que las creencias y expectativas que un responsable tiene de su equipo influyen de manera directa en cómo se comportan sus trabajadores y en los resultados que obtienen. Es uno de los conceptos más potentes que existen para aumentar la motivación de la plantilla y también para echar por tierra las ilusiones del más optimista de los trabajadores.
Cuando los superiores saben ver el potencial de sus empleados y les felicitan por ello, estos se sienten mucho más motivados, desempeñan sus funciones con más ahínco y sus resultados son mejores, lo que, a nivel global, genera un clima laboral muy favorable.
La comunicación interna es el mejor vehículo para hacer que esos mensajes de confianza lleguen a la plantilla. De esa manera, su autoestima se ve fortalecida y desarrollan todo su potencial. Si los responsables de comunicación interna tienen en cuenta el efecto Pigmalión a la hora de establecer su estrategia de contenidos y siguen unas sencillas pautas, los resultados tendrán un reflejo positivo en el clima laboral, la cohesión y la motivación de los trabajadores en el corto y medio plazo. A continuación, comparto lo que considero ser 5 sencillas pautas que alimentan el positivismo dentro de la empresa.
1. Optimismo real
No se trata de hablar solo de lo bueno, ignorando la realidad y las situaciones complicadas por las que, tarde o temprano, toda empresa pasa. Se trata de poner en alza los valores y proponer cambios en los ámbitos que se pueden o deben mejorar. Muchos dirigentes se enfocan en hacer un balance de lo ocurrido al final de un período establecido, pero sería más potente transmitir optimismo al mismo tiempo que vayan ocurriendo las situaciones.
2. Lenguaje positivo
El lenguaje tiene el poder de cambiar la percepción que cualquier persona tiene de sí misma y de su entorno. Si se utiliza un tono positivo, los mensajes irán calando en el equipo y el clima laboral mejorará.
3. Incluir a todos
Dar de lado a un departamento por ser la “oveja negra” de la empresa es contraproducente. En algunas organizaciones, algunos trabajadores o departamentos pueden ser reticentes a los cambios. En esos casos, el diálogo se vuelve más necesario que nunca para saber cuáles son los motivos que llevan a esos trabajadores a boicotear a su propia compañía.
4. Adaptar los canales
Cuando la empresa cuenta con profesionales en distintas ubicaciones cómo, por ejemplo, oficinas, fábricas, etc., es necesario adaptar los canales de comunicación interna a las necesidades de cada colectivo. En algunas ocasiones será necesario colocar pantallas táctiles en las salas de descanso, en otras se dotará de terminales móviles a los profesionales que desarrollen su trabajo en ruta, etc.
5. Escuchar a los empleados
Gran parte del éxito de la comunicación interna radica en saber escuchar a los empleados. Si la empresa está atenta a sus dudas y peticiones será más fácil responder o incluso adelantarse a ellas. Conocer las opiniones del equipo es una de las bases sobre las que se sustenta la estrategia de comunicación interna, en otras palabras, para hablar hay que saber escuchar primero.
Sin que el efecto Pigmalión se convierta en el también conocido complejo de Pigmalión, que consistiría en querer mejorar de manera obsesiva a otras personas, la comunicación interna sí es definitivamente la piedra angular que, en estos momentos, está liderando muchos de los cambios en las organizaciones, gracias a esta escucha atenta y la consecuente proposición de soluciones enérgicas y valientes, que influyen positivamente en comportamientos, y estimulan un diálogo rico y fluido de enorme valor.
Emilien Delile es especialista en marketing y director de Steeple España.