Contagiar en entornos industriales

Aida Casas, Internal Communications Manager en RUBI Group y Profesora Asociada en la UAB

Informar, crear una relación de confianza, estar en el centro de la estrategia y contagiar son las 4 etapas del engagement interno.

La interminable lucha por retener y atraer el mejor talento, la dificultad de crear modelos organizacionales atractivos para generaciones de todo tipo o el impacto de la Covid-19 en las organizaciones –entre muchas otras variables–, ha posicionado la comunicación interna como un inigualable aliada de la alta dirección.

La comunicación interna ya no solo es táctica. Ahora más que nunca es un recurso estratégico que debe ser aprovechado al máximo por las organizaciones, independientemente de su ubicación geográfica, tamaño o sector.  

Y es que la comunicación interna, va de eso: de conectar a las personas con la organización, de contagiar el espíritu corporativo, de convertir al equipo en el mayor prescriptor. Porque un equipo motivado, feliz y con engagement será un equipo mucho más productivo. Y solo cuando la comunicación interna tiene impacto directo en la cuenta de resultados, se puede afirmar que está jugando un papel realmente valioso dentro de la organización.

Pero ¿cómo se logra todo esto en un entorno industrial? Cubriendo cuatro etapas básicas de engagement, que acaban convirtiendo al equipo en el máximo aliado de la compañía.  

  • ETAPA 1: INFORMAR: transmitir con el máximo rigor toda la información operativa necesaria para desarrollar las tareas básicas de su día a día, así como la información corporativa para mantener a los equipos alineados con los objetivos de negocio. Para ello, será necesario disponer de canales de comunicación descendente que se adapten a la realidad de nuestro público. Pero eso no es todo: la información debe ser precisa, transparente y debe llegar a tiempo para evitar nuestro mayor adversario: el rumor. 

  • ETAPA 2: CREAR UNA RELACIÓN DE CONFIANZA: para crear una relación de confianza es imprescindible el intercambio de información. En este sentido, será necesario disponer y poner al servicio de los equipos canales y espacios para el intercambio de ideas, opiniones y sugerencias, que permitan hacer fluir la comunicación ascendente y transversal. Aquí las plataformas de participación y colaboración para equipos resultan muy eficientes.  

  • ETAPA 3: PONER AL EQUIPO EN EL CENTRO DE LA ESTRATEGIA: una vez cubiertas las dos primeras fases, el tercer step es poner a las personas en el centro de nuestra estrategia, creando acciones y técnicas que nos permitan conectar con nuestro público, y fomentando una comunicación que ponga el foco en el reconocimiento. Estas dos acciones deben ir acompañadas de la creación de un impacto positivo en las diferentes fases del Employee Journey Map, aportando un valor añadido único y diferencial. 

  • ETAPA 4: CONTAGIAR: en esta última fase, la comunicación interna debe jugar como agente para lograr un cambio en el día a día del equipo, es decir, para que éste se convierta en un verdadero amante y seguidor de nuestra organización. Queremos que nuestros colaboradores vivan y sientan el espíritu corporativo. Para ello, será necesario que dispongan de elementos con un retorno emocional inigualable. Esto solo será posible si trabajamos con una estrategia de Employer Branding que contemple una atractiva propuesta de valor y con una estrategia de Responsabilidad Social Corporativa y un propósito corporativo que cale en el interior de nuestros equipos, proporcionando niveles de satisfacción y orgullo incomparables. 

 

Aida Casas es Internal Communications Manager en RUBI Group y profesora asociada en el Departamento de Periodismo y Ciencias de la Comunicación en la UAB, donde imparte las asignaturas de Gabinetes de Comunicación y Comunicación Interna.

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