Embajadores internos. ¿Qué piensan los profesionales de la CI?

Marian Abrines, Head of Culture and Engagement en Wallbox y socia fundadora de DIRCI

Las personas asociadas de DIRCI debatieron sobre este tema en el tercer encuentro de socios. Aunque se manifestó una gran diversidad de terminología y de enfoques, los retos siguen siendo los mismos: cómo mantener la dinamización y la relación con el colectivo de management.

Los encuentros de personas asociadas de DIRCI nos dan la oportunidad de debatir, compartir y aprender cosas de otros profesionales. Y efectivamente, esto es lo pasó en el último encuentro, celebrado el 28 de junio y centrado en los embajadores internos. La sesión empezó con las últimas novedades de los grupos de trabajo, pero rápidamente cogió la palabra Heidi Güells (Mostaza Comunicació), socia de DIRCI, para introducirnos en el tema: cómo definimos los embajadores internos, por y para qué funcionan, qué características deben tener, cómo mantenerlos activos…

A partir de este marco teórico empezaron a surgir ejemplos, preocupaciones e intereses compartidos de los socios y socias presentes. Un momento de diálogo en el que salieron a flote elementos que nos unen y nos diferencian pero también retos compartidos:

Terminología y roles diversos

El motivo por el que se creó y la visión de la dirección en ese momento marcan la terminología y los roles que se le asignan a los embajadores internos. Corresponsales, impulsores, embajadores, enlaces… Cada uno de estos conceptos corresponde a una necesidad concreta de la organización.

Por ejemplo, los corresponsales son aquel colectivo que es usado no sólo como canal de comunicación (hacia los otros departamentos) sino también como un comunicador interno aliado, capaz de trasladarnos información teniendo en cuenta elementos intrínsecos de la disciplina (noticiabilidad, formatos, segmentación…). O aquellos con un sentido más emocional, como los llamados impulsores o activistas, que su rol incluye motivar, convencer e implicar a otros empleados y que está más relacionado con iniciativas o acciones que impactan al compromiso y sentimiento de pertenencia, como transformación cultural o acciones sociales y medioambientales. O los embajadores informales, que por su naturalidad propia y sus creencias se encargan de animar acciones puntuales, como encuestas de clima, fiestas…

Embajadores internos y el equipo de management

Aunque quedó claro que los primeros portavoces internos de la organización son los mánagers, a veces la teoría difiere de la realidad. Sea por falta de competencias o por falta de tiempo, el equipo de líderes puede que no cumpla con nuestras expectativas. Por ello, en alguna organización incluyen formación sobre comunicación interna dentro de su programa de desarrollo o realiza una selección dentro del colectivo de mánagers como principales embajadores internos.

En casos de que en la organización exista un colectivo de embajadores internos diferente del colectivo de mánagers, parece que en las organizaciones más verticalizadas es necesario realizar un trabajo de repartición de pesos constante, para que ambos colectivos reciban información exclusiva y directamente de la dirección. A diferencia de las organizaciones más planas o ágiles, donde el embajador interno valora como un elemento de reconocimiento propio ser parte de la red de personas que recibe información de manera privilegiada.

El gran reto: la dinamización constante

Varias personas asociadas comentaron que es complicado mantener el nivel de motivación para estos colectivos. Sea por alto ritmo de trabajo o por simples temas de agenda, es difícil mantener dinamizados estos grupos y por tanto, que la llama siga viva. Aunque no surgieron respuestas mágicas en el debate, salió a la luz una gran pregunta: ¿tienen que ser perennes los embajadores internos? ¿qué pasaría si fueran temporales y/o rotativos? Y de allí, quedaron abiertas las puertas a compartir experiencias e ideas a través del grupo exclusivo de socios y socias en LinkedIn. To be continued…

Un tema tan habitual como los embajadores internos, tan estudiado, puesto en práctica y documentado sigue siendo el ejemplo perfecto de que cada organización, cada profesional de la comunicación interna, debe adaptarlo a su realidad y al momento vital de la empresa. Que nunca tendremos el secreto mágico para que todo sea tan ideal como un anuncio de televisión pero que compartir, debatir y enriquecer nuestros puntos de vista con las experiencias de otros profesionales nos puede ayudar a la mejora continua que requiere nuestra profesión.

 

Marian Abrines es Head of Culture and Engagement en Wallbox. Es socia fundadora de DIRCI.


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