Presentar mejor para funcionar mejor

Por Fermí Casado, experto en comunicación y presentaciones efectivas para directivos.

Presentar mejor va de que las personas sepan qué hacer, y también por qué hacerlo (los motivos) y para qué hacerlo (el propósito); y es la combinación de esos tres elementos la que permite que las personas conecten y se impliquen en un proyecto desde la madurez y la coherencia.

Los responsables de Comunicación Interna asumís un sinnúmero de retos: desde fidelizar y atraer talento, hasta mejorar los resultados del negocio; desde comunicar las prioridades, hasta formar a los directivos como líderes cercanos. Aumentar el compromiso; y afianzar la cultura; y conseguir que las personas conecten con el propósito… Y podríamos continuar ¿verdad?

No es una tarea sencilla, y admiro el compromiso que requiere.

Una comunicación en público sólida, creíble y coherente suma de forma determinante a todos esos objetivos.

Y además, comunicar en público no sólo va de convenciones, congresos y actos multitudinarios. Probablemente, la comunicación en público más importante e influyente es la del día a día: las ideas, proyectos, productos o estrategias que presentamos de forma interna a nuestros equipos, pares y directivos.

Hay quien entiende las presentaciones como actividades informativas o actos protocolarios, pero en realidad son la argamasa de las organizaciones. Presentar mejor va de que las personas sepan qué hacer, y también por qué hacerlo (los motivos) y para qué hacerlo (el propósito); y es la combinación de esos tres elementos la que permite que las personas conecten y se impliquen en un proyecto desde la madurez y la coherencia.

Dicho esto, ¿vemos algunas ideas para sacarmás partido a ese recurso, y ayudar a otras personas a hacer lo mismo? 

1.Presentar mejor entendiendo la situación

No hay idea que ayude más a una persona a presentar mejor que entender la situación: su rol, y su función. Ojo, no su rol y su función en la organización, sino en el propio acto de presentar: 

  • ¿Para qué está ahí? 

  • ¿Cuál es su función? 

  • ¿Qué espera la audiencia? 

  • ¿En qué se van a fijar? 

  • ¿Cómo utilizar esos elementos a su favor?

2. Presentar mejor sentando las bases

Es decir, la estructura. Qué contar, y el orden en que contarlo.

Como profesionales de la comunicación, sabemos que en los últimos años necesitamos modificar los mensajes, que la información no tiene la misma relevancia, no se asimila… miles de estímulos y agentes diversos compiten por nuestra atención, en cualquier momento y lugar, dentro y fuera del ambiente laboral. Eso afecta a cualquier comunicación y, por supuesto, a las presentaciones.

Debemos ir más allá del contenido, lo que consideramos ‘importante’ o nuestro punto de vista. Y ahí es donde tenemos mucho que aprender de la narrativa y de sus maestros: escritores, guionistas y publicitarios. El storytelling (tan manido e infrautilizado) es el recurso clave para captar la atención, conectando con las necesidades y emociones de quien nos escucha.

La narrativa nos cuenta historias para hablarnos de nosotros mismos. Hablarle a la audiencia de sus vidas e intereses es la mejor manera de vincularlos a nuestras ideas.

3. Presentar mejor conociendo las herramientas 

La principal herramienta de una buena presentación nunca fue el PPT. El soporte gráfico tiene su lugar y su función, aunque:

  • Es un elemento visual, no textual

  • Sirve a la comprensión de la audiencia

  • No debe convertirse en las notas del presentador

Hay que usar el PPT en su justa medida, y trabajar más la que SÍ es la principal herramienta de una presentación: la herramienta humana. Es decir, el propio orador.

Nuestro mensaje no se traslada telepáticamente, ni a través de un escrito: se comunica a través de nuestra voz y nuestro cuerpo, y sólo con nuestra voz y nuestro cuerpo. Los y las ponentes sobresalientes utilizan esos elementos de forma efectiva, reforzando su mensaje, haciéndolo más creíble, conectando y captando la atención… Y eso se consigue a través del conocimiento, la atención y la conciencia de esas herramientas.

4. Presentar mejor con la práctica

Las presentaciones se practican (aunque poca gente lo hace, y aún menos gente sabe cómo hacerlo…). Tan importante como eso (y más desconocido) es hacer la práctica consciente: que la conseguimos solicitando feedback constructivo.

El feedback entre pares es una opción ideal, aunque no siempre viable. Por eso propongo el auto-feedback, una rápida autoevaluación personal. Consiste en tomar dos notas después de la presentación: algo por lo que felicitarse (que siempre lo hay) y un aspecto a mejorar de cara a la siguiente práctica. Conciencia y honestidad permiten mejorar de forma consistente.

Disponemos de muchas formas de comunicación en el entorno laboral, probablemente demasiadas. La comunicación en público es, probablemente, la más comprometida; aunque pocas veces reconocemos que una presentación es la forma de inspirar, motivar y conmover más efectiva. Por eso tiene sentido potenciarla y sacarle partido en las organizaciones.

Una herramienta tan antigua como la propia humanidad, y un recurso premium en influencia y persuasión. Que no pasa de moda, porque siempre evoluciona. 

Y es que, si sabes hablar en público, se nota. 

Pero si no sabes, se nota más.


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A mi padre, Fermín Casado Sr. DEP.


Autor:

Fermí Casado, experto en comunicación y presentaciones efectivas para directivos

Edición y coordinación:

Carolina Pérez Wodtke, Consultora de Comunicación Interna y Cultura. Directora de Simple Comms.

 

 

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